La Fundación Appeal of Conscience entregó al Ing. Carlos Slim Helú el Premio Appeal of Conscience.
19 de septiembre de 2016. Nueva York, E.U.A.

La Fundación Appeal of Conscience, una organización interreligiosa dedicada a la libertad de culto, los derechos humanos y la tolerancia, y su presidente y fundador, el rabino Arthur Schneier, entregaron el Premio Appeal of Conscience al Ing. Carlos Slim Helú, durante la cena celebrada con motivo de la 51ª Entrega Anual de los Premios Appeal of Conscience en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York.

"Distinguimos a Carlos Slim Helú como líder empresarial visionario con sentido de responsabilidad social. Sus actividades filantrópicas y humanitarias en los campos de la salud y la educación han contribuido a la cooperación internacional y al mejoramiento de la calidad de vida de generaciones", señaló el rabino Arthur Schneier.

Desde hace más de medio siglo, este evento internacional ha reunido a más de 800 distinguidos líderes empresariales, religiosos y de la vida pública, estadistas extranjeros y cuerpos diplomáticos que apoyan las actividades interreligiosas mundiales, en nombre de la libertad de culto, los derechos humanos y la tolerancia.

Acerca de la Fundación Appeal of Conscience

Dirigida por el rabino Arthur Schneier, la Fundación Appeal of Conscience ha trabajado a nivel mundial en nombre de la libertad de culto, los derechos humanos, la paz y la tolerancia desde 1965. La defensa del principio "vive y deja vivir" es su objetivo permanente. Esta organización internacional, coalición interreligiosa de líderes empresariales, religiosos y de la política exterior, promueve el entendimiento mutuo, la paz y la cooperación interreligiosa, y aporta una voz de conciencia para proteger a las minorías. La Fundación Appeal of Conscience considera que la libertad, la democracia y los derechos humanos son valores fundamentales que proporcionan a las naciones del mundo su mejor esperanza para la paz, la seguridad y la prosperidad compartida.





Palabras del Ingeniero Carlos Slim durante la entrega del Premio Appeal of Conscience, el 19 de septiembre de 2016. Nueva York, E.U.A.

Arthur Schneier: Carlos Slim. Su gran alegría en la vida, no sólo construir empresas internacionales gigantes, sino también -como ha dicho muchas veces- entre más riqueza tienes, mayor es tu responsabilidad de cambiar el mundo. Su Fundación, que él mismo inició, tiene la meta de mejorar la calidad de vida en México, así como la salud, y la educación en todo el mundo. Es un hombre increíble de sabiduría y corazón. Sabiduría y corazón. Así que eres un modelo a seguir. De lo que significa devolver, dar y compartir. Mis plegarias, mi plegaria ecuménica es que Dios te dé buena salud, muchos, muchos años de vida fructífera. Eres una inspiración porque haces coalición con la sociedad civil y con los gobiernos de todo el mundo. Que Dios te bendiga por eso.

Esta estrella te queda bien porque eres una estrella de los negocios, la filantropía. La oración nos da más cosas que lo que sueña el mundo. Disfruta de buena salud.

Carlos Slim Helú: Buenas tardes.

Su excelencia, François Hollande, Presidente de Francia,
Presidente Andrew Liveris,
Rabino Arthur Schneier, muchas gracias por sus palabras.
Sus Excelencias (dignatarios extranjeros),
Eminencias (líderes religiosos),
Queridos amigos y familia,
Damas y caballeros,

Es un placer y un gran honor recibir este premio de la Fundación Appeal of Conscience. Es una motivación y un compromiso para mí en el trabajo que hacemos por el bienestar de la gente mediante la educación, la cultura, la salud, el medio ambiente, los derechos humanos, la investigación y el empleo. Al crear soluciones de alto impacto social.

Fundada hace más de 50 años por el rabino Arthur Schneier, la Fundación Appeal of Conscience trabaja por la libertad religiosa, democracia, diversidad, pluralidad, derechos humanos, paz y el entendimiento mutuo, que son valores fundamentales para la armonía, esperanza y bienestar de las naciones del mundo.

Este premio es también especial porque se me otorga en esta gran nación, los Estados Unidos de América, que consiguió su independencia hace 240 años, con los Principios de la Declaración de Independencia. Gracias a los Padres Fundadores de las Trece Colonias –personas sobresalientes y con educación superior– quienes anticiparon los nuevos paradigmas de la sociedad industrial, que apenas comenzaba, la Declaración de Independencia firmada por el Congreso el 4 de julio de 1776, que fue aprobada por unanimidad, y creó los Trece Estados Unidos de América. Y dice:

"Sostenemos como evidentes por si mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad".

Esta gran nación es la más fuerte de la historia por su influencia en todas las regiones del globo, y en la mayoría de la gente del mundo. En un mundo global y posindustrial, con un desarrollo tecnológico exponencial del conocimiento, la información e innovación que han sido apalancadas por la era electrónica, tenemos nuevos paradigmas, se multiplica la productividad, cambia la manera en que solíamos aprender, comunicar y vivir.

Ahora vivimos en una sociedad digital de servicios, con paradigmas 180 grados opuestos a la antigua sociedad agrícola que prevaleció durante diez mil años, y que sigue presente en muchas mentes. Esta nueva sociedad de servicios se fundamenta en la libertad, democracia, diversidad, pluralidad, derechos humanos, medio ambiente, tecnología, innovación, competencia, productividad, y se sostiene en el bienestar de todos. Hemos salido de la esclavitud, el autoconsumo y la ignorancia para convertirnos en gente educada y hábil, con mejores trabajos, que crea mercados más fuertes, pasando del autoconsumo hacia el bienestar, que trabaja más años, pero menos días a la semana.

Estados Unidos, con una población de 325 millones, tiene un liderazgo fuerte, gracias a la migración de todo el mundo y de diferentes culturas, idiomas, etnias, raíces, religiones; gente sin miedo, llena de energía y sueños. Adoptaron con facilidad el modo de vida estadounidense, e hicieron de Estados Unidos un país siempre fresco, joven, vivo, lleno de energía, innovaciones, desafiante, cuestionador y que siempre busca hacer todo mejor.

Estados Unidos vive ahora su mejor época de la historia, con un liderazgo espectacular en la tecnología, educación superior, economía y en la construcción de un mundo nuevo. Hoy, la mayoría de los estadounidenses son descendientes de por lo menos un antepasado inmigrante, de solo seis generaciones atrás. Y su vecino del sur, con su cultura milenaria, fue conquistado hace 500 años, cuando aún vivía en la era neolítica, pero con conocimientos y organizaciones políticas avanzadas. Durante sus 300 años como Colonia hubo mucha actividad económica y mestizaje. En esa época, se construían dos edificios importantes cada semana.

México consiguió su independencia hace 200 años y, como muchos otros países, se inspiró de la constitución de Estados Unidos; pero durante los primeros 55 años como país independiente, México vivió guerras civiles constantes: hubo 66 cambios presidenciales, 9 constituciones, 5 guerras internacionales, y perdimos mucho territorio nacional 4 veces. Más tarde, después de 35 años de paz y prosperidad, tuvimos una Revolución. Perdimos muchas décadas, y llegamos tarde a la modernidad, hasta la década de 1930, cuando nuestro desarrollo alcanzó 6.2% por año, durante 50 años y nuestra población se multiplicó por 4.

Durante los siglos XIX y XX, se dio la bienvenida a muchos inmigrantes: trabajaron, invirtieron y desarrollaron vías férreas, minería, petróleo, construcción, industria, banca, bienes raíces, ventas al menudeo y comercio. Ahora somos 125 millones de habitantes, el décimo país más poblado del mundo, al lado de Japón. Junto a Estados Unidos y Canadá tenemos el tamaño de Europa, pero con una población más joven, y un mercado más grande que el de China e India juntas.

Desde la crisis de la deuda de inicios de los 80s, cuando las tasas de interés subieron hasta 21%, nuestro país tuvo un pequeño crecimiento, de solo 0.5% per cápita. Los trabajadores mexicanos son de los mejores del mundo: eficientes y trabajadores, pero no tienen suficientes oportunidades en nuestro país, por falta de inversiones, un ingreso bajo y debilidad en los mercados.

Queda claro que existe mucho potencial en usar el presupuesto público más eficientemente, con inversiones privadas más fuertes en todas las actividades económicas, incluyendo asociaciones público-privadas, los servicios públicos, concesiones, y sacar ventaja del bajo costo del financiamiento. Si creamos actividad económica, daremos a nuestra mano de obra sobresaliente, más oportunidades, más y mejores salarios, más gente educada y capacitada, y un mercado y bienestar mayores.

Estoy muy orgulloso de ser mexicano e hijo de un inmigrante de las montañas de Líbano, quien hace más de 100 años, a inicios del siglo XX, en 1902, a los 15 años de edad llegó a México, en busca de libertad, en especial religiosa, y de oportunidades. Absorbió y se integró a la cultura mexicana, los valores familiares y la amistad cálida, similar a la cultura libanesa. Fue un mexicano que nunca olvidó sus raíces.

Muchas gracias.



<< regresar
Sitio Oficial. Todos los derechos reservados © 2015.